Además de ser excelentes transportadoras de una gran variedad de microbios patógenos, como E.coli y Salmonella, las cucarachas dispersan a su paso determinadas proteinas alérgenas, que se hallan en sus excrementos, saliva y cuerpo, que pueden causar reacciones alérgicas o desencadenar síntomas de asma, especialmente en niños.

Un estudio realizado en la Tulane University de Nueva Orleans (EEUU) y publicado en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology, investiga el impacto que tiene el hecho de reducir la presencia y exposición a las cucarachas, sobre la incidencia de los ataques de asma en niños.

Para ello, se realizó un seguimiento de 102 niños de una edad entre 5 y 17 años, con asma de moderada a severa, que habitan en la ciudad de Nueva Orleans y cuyas familias tienen, en su mayoría, unos ingresos bajos. 

Aunque el control integrado de plagas es el enfoque recomendado para la reducción de las poblaciones de cucarachas, puede resultar dificil de implementar en los hogares. Por lo que en el estudio se optó por probar el impacto que puede tener el uso de una sola intervención; la aplicación de cebo insecticida, para reducir la exposición a estos insectos. 

El cebo insecticida es barato y expone a las familias a una cantidad relativamente pequeña de pesticidas, en comparación con otras formas de control de plagas.

Durante un año se controló de forma aleatoria el impacto del tratamiento, tanto a nivel de presencia de cucarachas como de morbilidad del asma. Técnicos profesionales de control de plagas visitaron cada dos o tres meses los hogares y colocaron estratégicamente los cebos en la cocina, el salón y dormitorio de los niños.

Menos cucarachas y menos asma

Tres meses después de iniciar el estudio, ya se percibió una diferencia notable en el número de insectos detectados en los hogares con cebos y los hogares de control, sin intervención. A los 12 meses, ninguna casa tratada con cebo presentó una infestación de cucarachas, a diferencia del 22% de los hogares de control que no fueron tratados con cebo, en los que si habia cucarachas.

A nivel de salud de los niños, aquellos que habitaban en hogares tratados con cebos tuvieron mejores resultados, y, en promedio, tuvieron 47 días menos con síntomas de asma durante el transcurso del año. Por el contrario, los niños con alergia a las cucarachas en los hogares no tratados fueron significativamente más propensos a faltar a la escuela y a tener que acudir al médico de urgencias.

Los autores concluyen que la exposición a las cucarachas es un factor importante en las disparidades del asma que, a pesar de una tendencia general de estabilización en la prevalencia, continúa aumentando entre las personas con menos recursos económicos. Por lo que consideran necesario identificar aquellas intervenciones asequibles y viables para familias de bajos ingresos que resulten en beneficios clínicos.