REDUCIR
la cantidad de residuos que producimos y la basura que tiramos es…
Llevar la cesta de la compra y comprar solo lo necesario. Evitar productos de "usar y tirar". Rechazar productos con envoltorios innecesarios. Comprar a granel. Hacer un uso razonable de los recursos naturales, etc.
REUTILIZAR
todo lo que sea posible es…
Reparar zapatos. Dar una segunda oportunidad a muebles y ropa. Valorar más lo que compramos. Crear nuevas utilidades. Apreciar los materiales extraídos de la naturaleza. Apostar por los envases retornables, etc.
RECICLAR
aquello que no se puede reutilizar es…
Depositar cada residuo en su contenedor según el color: verde, amarillo o azul. Realizar una buena separación de la basura. Entender que cada material desechado es materia prima para elaborar nuevos productos, etc.
Todo esto suena muy bien, lo sabemos. Lo que nos parece del todo increíble son los resultados reales que se obtienen solo por realizar este tipo de prácticas. Hablamos de ahorro energético y de menor impacto ambiental. Hablamos de casos como:
- 2 toneladas de plástico reciclado ahorran 1 tonelada de petróleo.
- 1 botella de plástico reciclada ahorra la energía consumida por una 1 bombilla encendida 6 horas.
- 1 tonelada de bricks reciclado ahorra 1500 Kg de madera, 100.000 litros de agua y 221 Kg de gasoil.
- 1 tonelada de papel reciclado evita la tala de 15 árboles.
- 1 lata reciclada ahorra la energía equivalente para ver la tele durante 3 horas.
Y así podríamos continuar hasta dar cientos de ejemplos más. Sobra aclarar que, aunque dichos ejemplos estén basados en ahorros obtenidos a través del reciclaje, los resultados serían iguales si entre todos redujéramos o reutilizáramos esos mismos residuos. Dicho esto… ¿vale o no vale la pena practicar las “tres erres”?
¿Y cómo separamos para reciclar?
De acuerdo a tres colores con los que se identifican los contenedores de reciclaje que encontraremos en nuestro punto de recogida habitual: (Ver vídeos)
Los murcianos, diariamente, producimos más de 1.3 kg de basura por persona. Esta basura, o Residuos Sólidos Urbanos, es gestionada a través de una serie de operaciones que se realizan con ellos desde que se generan en los hogares, a lo largo de tres etapas:
- Depósito y recogida.
- Transporte.
- Tratamiento.
La gran mayoría de estos residuos son recuperables a través de la recogida selectiva y su posterior reciclaje.
Pero no únicamente estos residuos son susceptibles de ser reciclados, también los dispositivos tecnológicos, el aceite usado, las baterías y pilas o las medicinas debemos separarlos para su reciclaje. Estas clases de residuos o aquellos que, por su gran volumen, no tienen cabida en los contenedores tradicionales, podemos llevarlos tanto al Ecopunto como al Ecoparque.